Aprendí el auténtico significado de este cuarto mandamiento principalmente gracias al desarrollo personal. De la construcción de una buena personalidad se desprende no solo el saber entender y perdonar aquellas faltas o carencias que nos transmitieron nuestros progenitores (recordemos que hay estudios que nos alertan de que más del 80% de las familias son disfuncionales). Sin ese perdón y su consecuente sanación emocional no es posible ascender, progresar y disfrutar plenamente.
La mayor muestra de amor y respeto hacia nuestros padres y ancestros es dignificarlos siendo mejores que ellos. Esta debe ser nuestra muestra de amor y gratitud.